Hannah Botterman, la pilar izquierdo cuya actuación arrolladora fue clave para asegurar que Inglaterra juegue la final de la RWC Femenina en casa el próximo sábado, fue tajante cuando le preguntaron si el equipo se tomaría un tiempo para brindar por la victoria 35-17 en la semifinal.
"No, no hay celebración, no ganamos nada", dijo Botterman, resumiendo en una frase el mensaje que dominará claramente el campamento de las Red Roses durante la semana de la final.
"Sabíamos que primero teníamos que cumplir con este trabajo y todavía nos queda uno enorme por hacer", agregó.
"Tuvimos una buena charla"
Tres recuperaciones de Botterman en los primeros 40 minutos fueron un factor crítico para que Inglaterra lograra, de alguna manera, llegar al descanso arriba 7-5, a pesar de haber sido dominada por Francia. El cambio de rumbo para la segunda mitad, fue significativo.
"Nos lo complicamos, pero el rugby se trata de esos momentos de presión y de quién puede rendir mejor", dijo la segunda línea suplente Rosie Galligan. "En el primer tiempo cometimos algunos errores que nos pusieron presión, pero en el entretiempo tuvimos una buena charla sobre ser más directas y jugar a nuestras fortalezas: darle la pelota a la gente que puede cargar y patear, y jugar en la zona roja de Francia".
Quizás el punto positivo que los hinchas de Inglaterra, y también el entrenador John Mitchell, destaquen de esta dura semifinal es que las jugadoras crecieron cuando la presión fue más alta.
"Amamos la batalla", dijo Galligan. "Nos encanta jugar contra Francia. Hoy nos pusieron a prueba. Eso es lo que queremos. Sabemos que tenemos cosas para mejorar la semana que viene. Estamos en una final de la RWC y esa es la mejor sensación del mundo".
"Es increíble"
Abrazar todo lo que viene con esa “mejor sensación del mundo” es claramente una parte clave de la actitud de este equipo frente a la oportunidad única que tienen delante.
"Saber que te apoyan y que es aceptado, alentado y celebrado en el escenario internacional es increíble", afirmó Abbie Ward, segunda línea y madre. "No se trata solo de inspirar a niñas y niños, también de inspirar a madres y a otras personas para que vean que ellas también pueden hacerlo".
"Es increíble cuando recibís un mensaje que dice: ´Dejé de jugar cuando formé mi familia, pero al verte hacerlo me ayudó a volver a ejercitarme o a agarrar la pelota y reencontrarme con excompañeras´. Cualquier cosa que podamos hacer para inspirar eso es realmente especial".
"Estamos súper confiadas"
Ahora está la oportunidad de llevar todo al siguiente nivel contra Canadá, frente a más de 82.000 personas en el Allianz Stadium y millones más en todo el mundo. Una oportunidad que este equipo no piensa dejar pasar.
"Nos ganamos el derecho a otra semana y vamos de nuevo", dijo la estrella del centro de la cancha Megan Jones. "En ataque podemos pulir algunas cosas, pero estamos súper confiadas de cara a la semana que viene".
Esa confianza parece recorrer a todo el equipo: la capitana Zoe Aldcroft "no puede esperar para salir a la cancha", la figura Ellie Kildunne está "absolutamente eufórica" y el entrenador John Mitchell simplemente subraya la oportunidad, no la presión.
"Son dos equipos realmente buenos en la final, el número uno del mundo y el número dos, y ambos merecen estar ahí", dijo Mitchell. "Es fantástico para el juego".
